Contame algo lindo....

Contame algo lindo....
Para conocer relatos de barrio, de música, de nuestra historia y de quienes la forjaron....

31 enero, 2010

"Minguito"...inolvidable...

Por siempre "El negro".....

La pantalla chica

Desde sus inicios el sello comercial caracterizó a la televisión argentina. En la década de 1960 aparecieron numerosos canales privados. Compitieron con programas cómicos y de entretenimientos, telenovelas y noticieros, que alternaban con series estadounidenses. En 1969 comenzaron las transmisiones vía satélite, que, entre otras hazañas, permitió ver la llegada del hombre a la Luna. En 1974, los canales pasaron al Estado y en 1978 se transmitieron para el exterior en color, el Gran Premio de Fórmula 1 y el Mundial de Fútbol. Desde 1984 se popularizó "el cable" y en los años ´90 los canales volvieron a manos privadas.
Los programas, en los ´60, con participación del público ganaron audiencia gracias a locutores como Nicolás "Pipo" Mancera, Jorge "Cacho" Fontana y Lidia Satragno, la popular "Pinky".
En 1964 "El amor tiene cara de mujer", telenovela escrita por Nené Cascallar fue interpretada por Rodolfo Bebán, Sergio Malbrán y Eangelina Salazar, entre otros.
"La Nena" de canal 13 fue uno de los éxitos de 1965, dirigido por María Inés Andrés y protagonizado por Osvaldo Miranda y Marilina Ross.
En varios canales se lució durante años el programa "Titanes en el ring" mezcla de lucha libre y show que Martín Karadagián convirtió en un clásico.
En 1960, José Marrone se convirtió en una de las figuras del flamante canal 9. Su humor de acción y situación costumbristas, eludía la referencia a la actualidad. Tato Bores, en cambio, plasmó un humor ácido y altamente politizado.
Mónica Mihanovich se convirtió en una de las principales conductoras de noticieros con el exitoso "Telenoche", emitido por canal 13.
Pepe Biondi se consagró definitivamente a fines de 1960, por canal 13, con dos sketchs (separados por un número musical) animados por innumerables "Pepes".
Mirtha Legrand hizo de sus almuerzos un clásico de la televisión nacional animados por las figuras más diversas.
"La Tuerca", por canal 13 y "Operación Ja Ja", por canal 11 supieron dar con el guiño exacto o la media palabra que denota la carcajada de la audiencia.
Alberto Olmedo y el país tenían una sintonía particular. Su típico "¡no toca botón! subrayaba la inalterable y mutua fidelidad que existía entre él y su audiencia. Murió en un accidente en 1988, pero sus gags siguen vivos en la gente. (Historia de la Argentina contemporánea)

El humor de Maitena...

El humor de Maitena...

El humor de Maitena

Algo habrán hecho...por la historia argentina (2 x 1)

Algo habrán hecho...por la historia argentina (Parte 5)

En blanco y negro - Silvina Garré

De Recoleta...

El humor de aquellos años...

En los medios gráficos, entre el costumbrismo y la crítica política, se abrió camino el humorismo. Cada vez más lectores empezaron a "engancharse" con personajes inconfundibles que se encargaban de mostrar la otra cara de la realidad. El los diarios, los dibujantes locales terminaron por reemplazar las tiras cómicas estadounidenses. Y hasta surgieron revistas dedicadas al humor, como "Rico Tipo", de Divito y años después "Tía Vicenta", de Landrú y la cordobesa "Hortensia".
"Avivato" comenzó a salir en 1953, fruto de la inventiva de Lino Palacio. En la revista, cuyos 30.000 ejemplares se agotaban todas las semanas, debutó Carlos Garaycochea. Allí también dibujaban Fantasio, Francho y Pedro Flores y escribían Wimpi, Fernando Ochoa y Landrú. Avivato, símbolo del hombre que sabe sacar partido de cualquier cosa, se incorporó al lenguaje popular del mismo modo que los personajes Afanancio, creado por Fianquini o Pochito Morfoni, Fallutelli y Bómbolo, de Divito.
Doña Tremebunda fue otro éxito de Lino Palacio. En "Para TI", causó furair este símbolo de la esposa autoritaria que en la casa era la que "llevaba los pantalones".
Oscar Conti con el pseudónimo de Oski, creó en "Rico Tipo" la sección "Cosas...cosos y casos del Campo" donde sus personajes gauchescos lo ridiculizaban todo, sin olvidarse de sí mismos. En la misma revista estaba "Amarroto", otro de sus personajes.
Dante Quinterno comenzó a publicar en "Crítica", en octubre de 1928, al indio Curugua - Curiguaguigua, personaje que luego se convirtió en Patoruzú. A su lado surgió su contracara, el personaje de Isidoro Cañones, prototipo de "niño bien" convertido en atorrante. La honestidad del indio se confrontó con la picardía urbana.
Maneco, creado por Eduardo Linage en Caras y caretas en 1931, manipulaba a los demás en beneficio propio, pero sin lograr nunca sus objetivos. Por eso el ¡Sonaste Maneco!, frase que quedó en el habla popular.
El 16 de noviembre de 1944, el dibujante Guillermo Lares Divito se fue a Patoruzú, convocó al mejor humor costumbrista del momento y editó "Rico Tipo". En estas páginas adquirieron forma diversos personajes, todos inolvidables como Fúlmine, al que, por su contagiosa mala suerte todos rehuían. pero el gran impacto fue causado por "las chicas Divito" que se convirtieron en un prototipo femenino, de caderas portentosas y cintura ajustadísima. A su lado se perfilaron personajes masculinos esmirriados y generalmente dóciles. (Historia de la Argentina contemporánea)

Patoruzú

Santa Felicitas

Santa Felicitas

En busca del "Ser Nacional"

La preocupación por lo nacional se puso en evidencia durante los años ´30 en el interés de algunos intelectuales inquietos por reflexionar acerca del "Ser Nacional" y de la identidad de nuestro pueblo. Desde una perspectiva más intuitiva que erudita, Raúl Scalabrini Ortiz, Eduardo Mallea y Ezequiel Martínez Estrada fueron los máximos exponentes de esta tendencia. El predominio del sentimiento sobre la razón, cierta desmesura en la imagen propia, el enfrentamiento entre tradiciones culturales irreconcilliables, el determinismo geográfico y el fatalismo histórico fueron los rasgos subrayados como distintivos de "la argentinidad".
Macedonio Fernández, nómade de las pensiones y las tertulias de café, apeló al absurdo y a la metafísica para explicar la realidad de su tiempo.
Arturo Cambours Ocampo, autor de ensayos como "Indagaciones sobre la Literatura Argentina", introdujo el tema de "la lucha de las generaciones".
Leónidas Barletta, fundador del Teatro del Pueblo en 1931, centró su actividad cultural en la denuncia de las injusticias desde una visión socialista.
Eduardo Mallea, novelista, vio la realidad nacional como la "superposición de la Argentina visible, por encima del país profundo".
Luis Franco, pota de las cosas sencillas y cotidianas, reivindicó en las corrientes inmigratorias el espíritu pionero y colonizador. De formación ácrata y convencido del carácter plural de la sociedad argentina, se opuso tenazmente al nacionalismo de Lugones.
Jorge Luis Borges, tras la aventura vanguardista buceó en la literatura y en el habla de los argentinos hasta plasmar algunos arquetipos, como el compadrito, pero en un marco de constante universalización.
Ezequiel Martínez Estrada publicó en 1933 Radiografía de la pampa, ensayo donde criticó la disyuntiva sarmientina de "civilización y barbarie" y denunció la falta de autenticidad y ética imperantes en el país.
Leopoldo Marechal, poeta católico que se orientó hacia un nacionalismo popular, convirtió a Borges y a sí mismo en personajes de su novela Adán Buenosayres.
Tres suicidios
Horacio Quiroga, verdadero maestro del cuento realista, se suicidó en 1937 tras buscar en la selva misionera una autenticidad que no pudo encontrar en la sociedad rioplatense.
Leopoldo Lugones, a ocho años de su apuesta política al golpe de Uriburu, se suicidó en un recreo del Tigre en 1938.
Alfonsina Storni dejó en su obra poética, el registro de su rebeldía contra una sociedad machista. Se suicidó en 1938.
(Historia de la Argentina Contemporánea)

Las nuevas industrias

En 1935, la producción industrial superó a la agrícola y se acentuó la concentración del proceso industrializador entre San Nicolás y Rosario. En la década e 1930 fue muy importante la instalación de empresas extranjeras: Suchard, Royal, Quaker, Adams, en el rubro alimenticio. Sudamtex y Ducilo, en la industria textil; Philco, Osram y Eveready, en la industria eléctrica y Firestone, en el rubro del caucho. Durante la guerra crecieron las empresas argentinas que avanzaron en el terreno de los electrodomésticos como fue el caso de Siam Di Tella.
La Capital Federal y el gran Buenos Aires fueron el ámbito donde se concentró la actividad industrial. El avance de la tecnificación se apreció en la potencia instalada, que era cuatro veces mayor que en 1914 y que multiplicó el valor de la producción.
Hacia 1920, el consumo argentino de petróleo ya superaba al de Francia. En los años ´30, el despegue automovilístico lo incrementó aún más.
Muchos grupos empresariales, originados en la actividad agropecuaria volcaron sus excedentes de capital en la industria alimenticia, vinculada al mercado interno (Canale, Royal, Terrabusi). El grupo Bemberg, dueño de diversas empresas, en especial de alimentación, como la Cervecería Quilmes, era un holding cuya sede estaba en Bélgica.
La renovación de la técnica de envasado provino de Estados Unidos y fue impulsada por los frigoríficos del mismo origen. Esta innovación implicó un cambio en los hábitos alimenticios de la población (Armour y conservas Swift).
La actividad importadora derivó capital hacia la producción industrial, como fue el caso de Boris Garfunkel, fuerte importador de aparatos de radio. En este área los capitales estadounidenses como General Electric ejercían una gran competencia. Por su parte, las bodegas mendocinas y sanjuaninas diversificaron su producción, hasta ese momento basada en la elaboración de vino.
El desarrollo del mercado interno estuvo íntimamente vinculado a la incorporación de nuevas formas de vida. la sociedad comenzó a preocuparse por la estética personal y la comida sana, como ocurrió con la cuajada (Jabón Dubarry y La Vascongada).
Siam Di Tella encaró la fabricación de nuevos productos, desde motobombeadoras hasta heladeras. Cuando la demanda superó las expectativas, Siam compró tecnología a empresas estadounidenses como Westinghouse y Firestone.
(Historia de la Argentina Contemporánea)

30 enero, 2010

El debate de las carnes

Lisandro De la Torre, senador por Santa Fe, hacendado y dirigente rural, se opuso tenazmente a la modalidad que, tras el Pacto de Londres, adquirió la "relación especial" entre la Argentina y el Reino Unido. En 1935 promovió una investigación sobre el comercio de carnes y las compañías frigoríficas extranjeras. Así comprobó evasión impositiva y la complicidad de altas autoridades con estas maniobras. En el Senado, un matón a sueldo del Partido Conservador bonaerense disparó contra De la Torre. El disparo mató a su compañero de bancada Enzo Bordabehere que se interpuso entre el homicida y el legislador santafesino. El crimen puso fin al debate y a la investigación.
Carlos Serrey integró la comisión para estudiar la situación de las exportaciones de carne y la actuación de los frigoríficos.
Federico Pinedo, ministro de Hacienda, replicó a Lisandro De la Torre pero, al no conseguir desmentir las graves denuncias, amenazó: "Ya pagará todo esto el señor senador, punto por punto".
Lisandro De la Torre renunció a su banca tras el asesinato de Bordabehere. Dos años después se suicidó. Como consecuencia del debate sobre las carnes, el asesinato del senador y la posterior censura impuesta por el gobierno, De la Torre y Pinedo se batieron a duelo. No hubo sangre, pero tampoco reconciliación.
Enzo Bordabehere, había sido estrecho colaborador de De la Torre en la Liga del Sur y luego en el Partido Demócrata Progresista. Su muerte cerró de hecho un debate que ya duraba 3 sesiones de la Cámara y que amenazaba con sumir al gobierno en un escándalo. De todos modos, Justo se vio obligado a modificar su gabinete.
Ramón Valdés Cora, ex policía y "puntero" conservador, fue el asesino del senador. Era allegado a Luis Duhau, ministro de Agricultura, poderoso estanciero de la provincia de Buenos Aires y presidente de la Sociedad Rural.
El asesinato se produjo en  medio de un incidente protagonizado por Pinedo, Duhau y De la Torre. Duhau resultó levemente herido por un rebote de bala.
Los libros de contabilidad del frigorífico Anglo, que involucraban al gobierno en un escándalo, fueron escondidos en el carguero inglés "Norman Star". Un marinero reveló el hecho y facilitó la denuncia de Lisandro De la Torre. (Historia de la Argentina Contemporánea)

El desarrollo de la moda

Las revistas "El Hogar" o "Para Ti" dictaban la moda, aunque también se imponían los estilos de Rita Hayworth o Marlene Dietrich. No se quedó atrás el cine nacional, con actrices vestidas por Paco Jamandreu. Para las mujeres, las medias de nylon fueron una revolución y ninguna se atrevía a salir a la calle sin cubrirse con boinas y capellinas. A su vez, el traje sastre se impuso desde los años 40. Entre los hombres, que imitaban a Clark Gable o Tyrone Power, era de rigor el traje cruzado con hombreras y tiradores. Por supuesto, también era infaltable el sombrero.
Los modelos franceses eran difundidos por las revistas femeninas como "El Hogar", "Rosalinda" y "Para Ti" y traídos de París por la casa Henriette. Para quienes no podían acceder a los modelos originales, las grandes tiendas como Gath & Chaves y Harrod´s confeccionaban prendas similares.
La crisis de 1929 no desanimó a los modistos, sino que agudizó su imaginación. En la moda femenina se impuso la sencillez y la austeridad. Predominó el "tailleur", se mantuvo la falda larga a unos 20 cms. del suelo y los zapatos de taco fino tenían unos 5 cms. de alto.
El 16 de mayo de 1922 salió "Para Ti". "La mujer, por fin, se siente acompañada y reflejada todas las semanas en un medio dedicado solamente a ella", decía la publicidad inicial. En los años 30 las revistas femeninas se multiplicaron. La revista "El Hogar" difundía las modas de la clase alta a través del registro de sus eventos sociales y "Atlántida", a las grandes actrices.
La mujer aspiraba a un cutis blanco y suave, aunque al difundirse el hábito de las vacaciones en la playa, adoptó el bronceado, a veces logrado con aceite de coco y yodo (modelos de la Tienda La Piedad en 1940).
En la década del 30 los hombres abandonaron el uso del bastón, símbolo de señorío que se convirtió en sinónimo de vejez o invalidez. Para vestir, se impuso el traje con saco cruzado o derecho. Para un estilo "sport" nada mejor que el "cárdigan" y para entrecasa el "fumoir". La moda masculina mantuvo el sombrero hasta bien avanzada la década de 1950. El impermeable y el pantalón dejaron de ser una prenda varonil exclusiva.
El crédito, práctica habitual en el comercio minorista de barrio, se trasladó a las grandes tiendas también preocupadas por los efectos de la crisis.

Tato - Monólogo 2000 (Parte 2) (Si Tato viviera...!!!)

Tato - Monólogo 2000 (Si Tato viviera....!!!)

Evita (Maddonna)

Algo habrán hecho...por la historia argentina (Parte 4)

Algo habrán hecho...por la historia argentina (Parte 3)

Bar El Federal

Lo primero que uno se pregunta al llegar a la esquina de Carlos Calvo y Perú es:
¿Cómo no lo vi antes? Es que claramente la esquina no pasa desapercibida. Es uno de los bares más antiguos de la ciudad de Buenos Aires. El edificio data de 1864 y conserva su carácter arquitectónico original. Su especial estilo se encuentra intacto en sus viejas paredes.
En sus inicios fue pulpería. Luego, por muchos años, almacén y despacho de bebidas. Cuenta con una barra original, con alzada de mostrador de confitería decorada con un vistoso vitral cuya antigüedad es de 105 años.
También posee una pequeña librería. Allí se realizan actividades literarias, presentaciones de libros y exposiciones artísticas de pintura.
La barra está llena de momentos de otros tiempos, las mesas, las estanterías colmadas de infinitas y viejas botellas, los fileteados en las ventanas, las vieja caja registradora, la chopera sobre la barra, las viejas baldosas y las publicidades de mediados del siglo XX que cuelgan de sus paredes sumergen de tal manera al visitante en tiempos remotos, que al salir del local y chocar con la modernidad resulta desconcertante. Pero el Bar El federal, no deja de ser Bar y para demostrarlo deleita a sus visitantes con su cerveza artesanal, la cual es posible acompañar con una picada, un lomito y hasta una parrillada.
Los fines de semana se pueden escuchar tangos al mediodía y por la noche se transforma en pub.
En sus instalaciones se han filmado varias películas como "Cafetín de Buenos Aires", "El Tango cuenta su Historia", "Custodio de Señoras" y "Desde el Abismo".
Fue catalogado como Bar Notable por la Comisión de Protección y Promoción de los Cafés, Bares, Billares y Confiterías Notables de la Ciudad de Buenos Aires y "Sitio de Interés Cultural" por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en el año 2004.

Caras y Caretas - Diciembre de 1933

Caras y Caretas

Fue una revista ilustrada, magazine al estilo europeo, en donde el comentario de actualidad, la sátira política y la información científica y social al alcance de todo el mundo, alternaba con colaboraciones literarias, fundada en 1898 por José S.Álvarez (Fray Mocho), Eustaquio Pellicer y Emilio Mayol.
Se trataba de un semanario festivo, literario, artístico y de actualidades que señalaba el encabezamiento en un verdadero intento definitorio. pero la actualidad porteña fue su principal preocupación. Para captarla y transmitirla recurrió a las más variadas técnicas, a múltiples enfoques complementarios: fotos, caricaturas, aguafuertes, semblanzas, artículos costumbristas, tradiciones, viñetas ilustradas, etc.
El 8 de octubre de 1898 aparece el primer número de Caras y caretas; esta publicación se destacaba por su llamativo diseño, donde abundaban dibujos de gran calidad, caricaturas y publicidades ingeniosas. Por la revista pasaron varios escritores y periodistas significativos. Los primeros números constaban de 24 páginas y el 25 por ciento de la publicación era ocupado por publicidad.
Caras y Caretas aparecía los sábados y su redacción, dirección y administración se ubicaba en San martín 284.
Un dato por demás curioso: el precio de tapa comenzó siendo de 0,25 centavos, a partir del número 13 bajó a 0,20 y así se mantuvo hasta 1939 fecha en que contaba con dos portadas.
La primera estaba impresa a color y la segunda, en blanco y negro. Generalmente, estas portadas eran separadas por páginas que contenían noticias de índole internacional y culturales, además de la publicidad que iba insertada, salvo en los últimos años, en las primeras y en las últimas páginas. Las portadas eran dibujadas por Cao o por mayol, aunque a veces encontramos trabajos firmados por Zavattaro o Giménez.
La revista abordaba en cada edición una gran variedad de temas entre los que podemos citar: las campañas electorales, el proceso de modernización y reforma militar, la politica impositiva, los presupuestos nacionales y hasta los problemas fronterizos con Chile.
Des el primer momento, Caras y Caretas dejó sentado su carácter ilustrativo utilizando la fotografía como uno de los elementos fundamentales del diseño junto a las ilustraciones y caricaturas. Sin embargo, a pesar de la importancia que se le daba a la fotografía, pocos profesionales firmaban sus trabajos o aparecían en su staff.
Su fundador, Eustaquio Pellicer (1859-1937), nació en Burgos, España. En 1886 llega al Río de la Plata donde trabaja en publicaciones como "La Unión Gallega" y "Ferrocarril". Su humor mordaz y picaresco alcanzó notoriedad en las dos revistas que fundó: Caras y Caretas y PBT.
(www.senado.gob.ar)

La Patagonia Rebelde

Nunca nadie se había atrevido a realizar un film tan frontalmente hostil hacia la institución militar ni tan honestamente franco en sus dardos contra un partido democrático. Es cierto que existía el antecedente del libro de Osvaldo Bayer y que también Héctor Olivera lo realizó durante la primavera democrática 1973-1976, período en que, de hecho, existió una fuerte censura que hizo lo imposible para evitar la exhibición del film. La Patagonia rebelde adapta Los vengadores de la Patagonia trágica, una investigación periodística que Bayer había publicado en dos tomos. Bayer era bien conocido como periodista (escribió durante años en el diario Clarín) y un par de años antes un argumento suyo y de su compañero de redacción Jorge Dominianni había sido filmado por Leopoldo Torre Nilsson con el título La Mafia.
Los vengadores de la Patagonia trágica recuerda los violentos acontecimientos ocurridos en la provincia de Santa Cruz en 1920. La mayor parte de los estancieros de la zona dependían de intereses británicos y los obreros, nativos y muchos chilenos, inician una huelga exigiendo mejores salarios y condiciones de vida. La huelga se extiende y el gobierno central, radical, presidido por Hipólito Yrigoyen, envía tropas para pacificar los ánimos. Al frente de éstas viaja el teniente coronel Varela ("Zavala" en el film), quien luego de informarse del problema se inclina a favor de los obreros. Se firma así el primer convenio rural patagónico. Obviamente, los estancieros no quedan conformes: en Buenos Aires hacen creer que la región está poco menos que en manos de bandoleros alzados y además, no cumplen el convenio. El gobierno de Yrigoyen, entonces, vuelve a enviar a Varela con más tropas y con la orden de acabar de una vez con el problema, es decir, con las huelgas. Varela entiende que debe actuar con mano dura. El territorio es vastísimo y el número de soldados diez veces inferior al de los obreros. provoca, en consecuencia, graves enfrentamientos y una represión feroz, acaso la más dramática en toda la historia argentina, por lo menos, hasta esos años.
El film resultante respeta básicamente la historia real, pero crea situaciones dramáticas originales a las que el desolado, atípico paisaje otorgaba dimensiones insospechadas.
Olivera narra esa historia con tono duro, seco, áspero, sin concesiones ni facilismos y en el final carga las tintas en la ironía: cuando el militar termina su misión, con un saldo de centenares de muertos (fusilados, a los que primero se les obligó a cavar su propia tumba) y se dispone a volver a Buenos Aires, estancieros y comerciantes le ofrecen un ostentoso banquete. Allí, mientras le cantan en inglés "Porque es un buen compañero...", el milico comprende que los grandes beneficiados con esa tragedia fueron, como siempre, los poderosos. Pero ya era tarde.
Los espectadores contemporáneos del film no podían casi creer lo que veían: un film argentino se atrevía, en esos años política e institucionalmente inciertos, con un tambaleante gobierno peronista que viraba de la izquierda "revolucionaria" a la extrema derecha asesina, con víctimas de ambos lados; se atrevía, entonces, a llamar las cosas por su nombre, esto es, la traición de los radicales para con el pueblo y los obreros patagónicos, y la del Ejército con su finalidad.
La Patagonia rebelde pudo ser financiada por Ayala y Olivera (la empresa Aries) gracias, paradójicamente, a las fabulosas ganancias obtenidas por los dos primeros filmes de Olmedo y Porcel, Los caballeros de la cama redonda y Los doctores las prefieren desnudas, realizados y estrenados en 1973. Producción sumamente costosa, fue filmada durante cinco semanas en localidades de Puerto deseado, Tehuelches, Jaramillo, Río Gallegos, Río Turbio y Calafate, completándose las otras cinco en los estudios Baires en Don Torcuato y en pocos exteriores porteños. Una idea de la pasión con la que actores y técnicos asumieron el trabajo la ofrece la actitud de Federico Luppi, quien debía interpretar a José Font, un baqueano nacido en Entre Ríos a quien apodan "Facón Grande". Semanas antes de comenzar el rodaje, Luppi viajó silenciosamente a esa provincia y, grabador en mano, conversó con los paisanos hasta aprehender el acento apropiado.
Todos los involucrados en el film sentían que se habían comprometido en una obra atípica, en un proyecto de largo aliento.
Elenco: Luis Brandoni, Federico Luppi, Pepe Soriano, Osvaldo Terranova, Héctor Alterio, Pedro Aleandro, José M.Gutierrez, Héctor Pellegrini, Eduardo Muñoz, Jorge Riera López, Maurice Jouvet, Franklin Caicedo, Walter Santa Ana, entre otros....
(Las grandes películas del cine argentino - Daniel López)

29 enero, 2010

25 enero, 2010

23 enero, 2010

Flia.Noel: dulces, política y fútbol



Huérfano de madre, el industrial vasco Benito Noel vino a Buenos Aires con su padre Carlos. Su primer trabajo en estas tierras fue en una pequeña fábrica de confites, de la que se hizo cargo en 1865. Seis años después compró la isla La Espera, en San Fernando y la preparó para el cultivo de frutas.
En 1875, adquirió algunos terrenos en el barrio de La Boca, donde asentó la fábrica de dulces y chocolates. Dos años más tarde, con el nombre de Benito Noel y Cía. la empresa se convertiría en uno de los establecimientos más importantes de la industria.
Benito Noel falleció en diciembre de 1916. Algunos dijeron que de tristeza, pues una semana antes había fallecido su mujer.
Cuando la carroza fúnebre llegó a la esquina de Callao y Quintana, los obreros de la fábrica decidieron llevar el féretro a pulso hasta el interior del cementerio.
Uno de los hijos de Benito, Carlos Noel, fue intendente de Buenos Aires entre 1922 y 1927 durante la presidencia de Marcelo T.de Alvear. El diario La Fronda lo apodaba "Kelito", haciendo alusión a la marca de unos chocolatines elaborados en la fábrica de su familia.
Su residencia se encontraba junto a la de su hermano, el arquitecto Martín Noel, en Suipacha al 1400 en Retiro. Desde 1936 forma parte del Museo de Arte Hispanoamericano "Isaac Fernández Blanco".
Otro miembro de la familia que descansa en esta bóveda es Martín Benito Noel, presidente del club Boca Juniors en la década de 1980.
Durante su gestión comenzó a jugar Diego Maradona en el equipo de la Ribera.

Arturo Goyeneche


Fue intendente de Buenos Aires entre 1938 y 1940.
Aunque parezca increíble, en junio de 1939, tres años después de su inauguración, el Concejo Deliberante porteño aprobó la demolición del Obelisco, porque decían afeaba la ciudad.
Por suerte, Goyeneche vetó la ordenanza al considerar que el monumento era "patrimonio de la Nación", no sólo de la ciudad. (Diego Zigiotto).

Father Fahy (1805 - 1871)


"La caridad no conoce patria"
El religioso Antonio Fahy era capellán de la comunidad irlandesa en el Río de la Plata.
En la tarde del 16 de febrero de 1871 fue requerida su presencia en una casa de la calle Defensa, para atender a una enferma italiana atacada por la epidemia de la fiebre amarilla. Ante la observación de un amigo de que dicha señora no debía recurrir a él sino a un religioso de su nacionalidad o al clero de la parroquia de esa zona, Fahy le respondió: "La caridad no conoce patria" y partió. Al día siguiente se sintió enfermo. Falleció el lunes siguiente 20 de febrero, a las cuatro y media de la tarde aproximadamente.
A causa del estado sanitario de la ciudad, las autoridades municipales exigían el sepelio dentro del mismo día del fallecimiento. Por eso, dadas las circunstancias, se realizó a las seis de la tarde. Su cuerpo fue vestido con el hábito de los dominicos y sus amigos adquirieron para él un lujoso ataúd.
En el cortejo, según lo describía el diario inglés The Standard, "el primer carruaje fue ocupado por monseñor León Aneiros (futuro arzobispo porteño), el segundo por los religiosos dominicos y siguieron otros cuarenta además de varios vehículos particulares", contraviniendo disposiciones municipales que limitaban a cinco el número de coches. "A las siete llegó el cortejo a la Recoleta y mientras doblaban las campanas, el féretro fue conducido a la capilla mortuoria, donde el obispo y el clero rezaron las oraciones litúrgicas. Después siguió la procesión hasta que fue sepultado en la cripta de la Iglesia del Pilar".
Desde el día de su muerte, la comunidad irlandesa pensó en erigir un sepulcro a su capellán, pero, por diversos motivos, esta idea tardó más de treinta años en realizarse. El 13 de septiembre de 1901 fue abierto el ataúd de Fahy y se comprobó que el cuerpo estaba intacto. Fue depositado provisoriamente en el Panteón de la Asociación Eclesiástica. Se iniciaron gestiones para inhumarlo en el colegio de Santa Brígida, al pie de un monumento allí erigido en su honor, pero no tuvieron resultado.
En busca de una solución definitiva, la Asociación de Señoras de San José, organización benéfica de damas irlandesas y argentinas, proyectó levantar un monumento en la Recoleta. La pieza fue realizada en Dublin con granito y mármoles irlandeses. El monumento fue inaugurado el 4 de junio de 1912, frente a la columna del almirante Guillermo Brown, del cual Fahy había sido confesor.
(Diego Zigiotto)

Hstoria y Arquitectura del Congreso de la Nación Argentina

(Esta información es actualizada por la Dirección de Museo Parlamentario, dependiente de la Dirección General de Cultura del Honorable Senado de la Nación)Bajo la presidencia del General Julio A.Roca, tuvo entrada un proyecto de ley que fijaba como futuro emplazamiento del Congreso los terrenos limitados por las calles Charcas, Paraguay, Rodriguez Peña y Riobamba. En 1889 por iniciativa del entonces Intendente Municipal Torcuato de Alvear, el Presidente Juárez Celman envía al Congreso un nuevo proyecto de ley con un nuevo emplazamiento para la construcción del Palacio Legislativo proponiendo como lugar para llevar a cabo las obras la manzana comprendida por las calles Entre Ríos, Combate de los Pozos, Victoria (hoy H.Yrigoyen)y Rivadavia, lugar del actual emplazamiento.La arquitectura del edificio del Congreso de la nación Argentina tuvo su origen en un concurso de proyectos que se llevó a cabo en 1895 con l evaluación de un jurado que integraban el Senador Igarzábal, el Diputado Doncel, el ex intendente Alcobendas y el ex Presidente de la Nación Carlos Pellegrini, teniendo este último como asesor al arquitecto Jacques Dunant. El arquitecto Víctor Meano de origen italiano pero radicado en Argentina desde hacía muchos años que era antiguo empleado de la oficina de Francisco Tamburini, reconocido constructor de la época, fue el ganador de dicho concurso.
El proyecto de Meano se inscribe absolutamente en la arquitectónica que reconoce como fundamento a tres ideas centrales: el academicismo, el eclecticismo y el clasicismo. esta condición tripartita lo confirma como una obra de arquitectura típica, característica y paradigmática de la época de su creación.
Como fondo magnífico de la avenida de Mayo se yergue el soberbio Palacio del Congreso de nobilísimo estilo greco romano, de proporciones perfectas, ofreciendo un aspecto de magnificencia severa y elegante.
Otros aciertos de Meano fue la elección del perfil de la cúpula que formando parte de este edificio monumental es como su culminación, su elemento cumbre, la cima tiene un evidente valor simbólico.
En 1878 comienzan las obras que dirigidas por el propio arquitecto Meano, quien en base a sus conocimientos convoca a la firma de Pablo Besana e Hijos en calidad de empresa constructora dando inicio a la obra al año siguiente. Aunque fue inaugurado en 1906 , puede afirmarse que quedó concluido en 1946 con el revestimiento de piedra del exterior del edificio que restaba completar.
En 1906 los legisladores decidieron que el inminente período legislativo debía iniciarse en el nuevo palacio. Así fue como el 12 de mayo de ese año quedó inaugurado nuestro majestuoso Palacio Legislativo, entre armazones de hierro y otros elementos de construcción, en un recinto de sesiones todavía sin bancas con la presencia del entonces Presidente de la Nación José Figueroa Alcorta.
Como una consecuencia de la construcción del Palacio del Congreso, surge la necesidad de dotarlo de una plaza que realce su belleza arquitectónica.
El Senado en su sesión del 9 de mayo de 1899, da entrada a un proyecto de ley del Senador Migue Cané,quien en sus fundamentos propone la creación de una plaza pública en terrenos expropiados que se denomina "Plaza del Congreso" y el mismo es aprobado en general y en particular, quedando sancionado y convertido en la ley 4869 en la sesión del 30 de septiembre de 1905.

Raúl Alfonsín: el padre de la democracia

(1927 - 2009)
El 31 de marzo, se produjo la muerte del ex presidente Raúl Alfonsín, luego de una penosa enfermedad. Sus exequias fueron multitudinarias: aproximadamente ochenta mil personas concurrieron al Congreso Nacional a darle el último adiós. Otro tanto se congregó entre el Parlamento y el Cementerio de la Recoleta, donde fue inhumado provisoriamente en el Panteón de los Caídos en la Revolución de 1890.
Una decena de oradores lo despidió, destacando su compromiso con la democracia y los derechos humanos. Descansa junto a las glorias de su partido, la Unión Cívica Radical: Hipólito Yrigoyen, Leandro Alem y Arturo Illía, de quien fue discípulo.
Será trasladado a una nueva bóveda, que todavía se está remodelando, en la sección 11.
En esta necrópolis ya descansan 3 de quienes fueron sus ministros: Roque Carranza, Antonio Tróccoli y Raúl Borrás.
(Diego Zigiotto)

José Terry: una ley para los sordomudos


El jurista José Terry, quien nació en Brasil durante el exilio de sus padres, perseguidos en la época de Juan Manuel de Rosas. Fue ministro de Hacienda de Luis Sáenz Peña y de Relaciones Exteriores de Julio A. Roca al sustituir a Luis María Drago.
Por su iniciativa se levantó en 1904 el monumento al Cristo Redentor en Mendoza, en la Cordillera de los Andes. Manuel Quintana lo nombró luego ministro de Hacienda.
Terry tuvo tres hijos sordos, por lo que propició la creación de una escuela mixta para sordos basando la educación en la "metodología oralista". El 19 de septiembre de 1885 se sancionó la ley 1662 por la que se creaba el Instituto nacional de Sordomudos.
Actualmente se conmemora el 19 de septiembre como el Día del Sordomudo, en homenaje a ese acto.
José Antonio, el primero de sus tres hijos sordos, fue un destacado pintor y continuó con la labor de su padre para la educación de los sordomudos.
(Diego Zigiotto)

Los símbolos de Lima de Atucha


En esta bóveda neogótica reposa el hacendado José Atucha, hijo de Jorge Atucha y esposo de Justa Lima, potentada de la zona de Zárate. No es casual que allí dos pueblos se llamen Atucha y Lima, ya que se fundaron en tierras de su propiedad. Justa ordenó reconstruir la Iglesia de Zárate y en Buenos Aires compró, en 1893, la vivienda que había pertenecido a Domingo F.Sarmiento, en la actual calle Sarmiento 1251 y que hoy alberga a la Casa de la provincia de San Juan. Al fallecer su marido, Justa mandó construir este mausoleo. Si bien tiene gran cantidad de símbolos que se presumen masones, no fue posible constatar la pertenencia de Atucha a alguna logia masónica.
Uno de los símbolos que adornan el mausoleo de Atucha es la serpiente que se muerde la cola. Esta se denomina "uroboro" o "urobara" y tiene su origen en Egipto. En varias culturas representa la naturaleza cíclica de las cosas, el eterno retorno y otros conceptos percibidos como ciclos que vuelven a comenzar en cuanto concluyen. En un sentido más general, simboliza el tiempo y la continuidad de la vida. Para la masonería, la serpiente representa el ciclo del devenir y también, la eternidad. (Diego Zigiotto).

Los Ángeles junto a los Próceres


"Cementerio de la Recoleta"

22 enero, 2010

Edificio Diario La Prensa


Fundado en 1869 por el Dr.José C.Paz, el primer número del Diario La Prensa se publicó el 18 de octubre de ese año. Pero recién en 1898 fue inaugurado el emblemático edificio de Av. de Mayo, valioso ejemplo de la arquitectura de fin de siglo, basado en los cánones estilísticos de la Escuela de Bellas Artes de París.
El proyecto definitivo del edificio fue completado en Buenos Aires por los ingenieros Carlos Agote y Alberto Gainza, a partir del diseño de la fachada que había encargado en París el Dr.Paz.
Intervinieron en la obra las empresas más prestigiosas, principalmente firmas francesas, que además tuvieron a su cargo toda la decoración interior.     
La gran puerta a la derecha de la entrada principal, sobre la avenida, daba acceso a carros y carruajes. En el primer piso, además de la dirección y la redacción, se ubicaba un amplio salón de conferencias y fiestas, con palco escénico. En el frente, una monumental farola de bronce de tres mil kilos corona la torre. La estatua es una alegoría del periodismo, representado por una mujer que sostiene una antorcha en una mano y una página escrita en la otra.
La tradicional sirena de La Prensa, que anunciaba los grandes acontecimientos mundiales, sonó por primera vez el 27 de julio de 1900 cuando asesinaron al rey Humberto I de Italia. Además de la actividad estrictamente periodística, La Prensa ofrecía servicios anexos gratuitos, como consultorios médicos y quirúrgicos, gabinete de consultas jurídicas, biblioteca con 600 volúmenes y observatorio meteorológico. Actualmente, en el edificio funciona la Casa de la Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. (www.estiloambientacion.com.ar)                                                             

18 enero, 2010

Botica del Ángel


La Botica del Ángel

TeatroUna cálida visita a La Botica del Angel
lanacion.com | Espectáculos | S?do 4 de setiembre de 2004

Cuando no existía la tele ni Gourmet...

Por la ciudadLa cocina del negro que cautivó Buenos Aires

Por Javier Navia

lanacion.com | Información general | Jueves 15 de octubre de 2009

17 enero, 2010

Recordando a Osvaldo Terranova

16 enero, 2010

Las esquinas de Plaza de Mayo

En la esquina noroeste, Diagonal Norte y San Martín, se levanta un edificio coronado con una torre y una cúpula: es la del ex Banco Argentino-Uruguayo (hoy oficinas de la Jefatura de Gabinete de la Nación). Fue proyectado en 1928 por el francés Édouard Le Monnier, de vasta obra en la ciudad. El dato curioso es que sobre las ventanas del tercer piso hay una serie de máscaras ornamentales; la que da justo sobre la esquina tiene bigotes: es el retrato de Le Monnier, que domina con su vista Plaza de Mayo.
La esquina noreste, 25 de mayo y Rivadavia, alberga a la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE). En la segunda mitad del siglo XIX este solar estaba ocupado por el Gran Hotel Argentino. En 1872, en una de sus habitaciones, José Hernández terminó de escribir un libro que iba a tener un altísimo impacto: El Gaucho Martín Fierro; unas placas lo recuerdan.
Por último, la esquina sudeste. En el período colonial, allí estaba la Barranca de la Campana, que se utilizaba como campo para prácticas de tiro. En ese espacio ahora se levanta el Ministerio de Economía. En su fachada principal, sobre Hipólito Yrigoyen, se conservan huellas dejadas por el bombardeo del 16 de junio de 1955.
(Watson, Rentero y Di meglio)

Conquistemos el sol - L.Torres - A.Ramirez

Está lindo el barrio - Joan M.Serrat

Lo que me costó......(Parte 11 y 12) A.Dolina

Mañana zarpa un barco - Karina Beorlegui

Lo que me costó el amor de Laura - (A.Dolina)

Siempre se vuelve a Buenos Aires - Julia Zenko

Adiós Nonino - Astor Piazzolla

El centro del centro


La calle Corrientes atraviesa cinco barrios porteños, pero es el tramo correspondiente a San Nicolás el que acude a la imaginación cuando se piensa en esta arteria. Esas primeras cuadras son, desde hace un largo siglo, una de las más peregrinadas de Buenos Aires; especialmente el sector comprendido entre Esmeralda y Callao. Cuando todavía era angosta, fue punto de encuentro de cajetillas, guapos, rufianes y mujeres "de moral dudosa" que rondaban los incontables cabarets y boliches por los que desfilaba "la mala vida" porteña. En los años 20 y 30, el ritmo metropolitano sepultó definitivamente al de la vieja ciudad, pero todavía fue posible encontrar en la calle Corrientes algo de esa marginalidad perdida. En sus peñas y cafés con palco para orquesta se daba cita la bohemia artística y tanguera suburbana, atraída "por esa calle de vagancia, de atorrantismo, de olvido, de alegría, de placer", al decir de Roberto Arlt en una de sus Aguafuertes Porteñas.
Tras su ensanche, decretado tempranamente por una ordenanza del intendente Joaquín de Anchorena (1910) pero que no se materializó hasta mediados de los años 30, la bohemia porteña deambuló a diario entre Cerrito y Callao por las librerías "de viejo" (y no de saldos como hoy) con trastienda cultural, cines, cineclubes, teatros, bares, mesas de café y pizzerías.
Llamativamente, los artistas e intelectuales que la consagraron como el corazón de la cultura popular porteña nunca se decidieron a mudarse por la zona ni a convertir su entorno en un auténtico "barrio bohemio" como el Sain Germain parisino o el Village de Nueva York.
(Watson, Rentero y Di Meglio)

Iglesias y Pasajes


Los dos edificios más antiguos de la calle Piedad (hoy Bartolomé Mitre), en su recorrido por el barrio de San Nicolás son las parroquias de San Miguel Arcángel, en la esquina de Suipacha y de Nuestra Señora de la Piedad del Monte Calvario, en la esquina de Paraná (foto).
Amabas datan del siglo XVIII, pero sus edificios exhiben un marcado contraste.
Declarado monumento histórico, San Miguel luce muy deteriorada y desde varios años afronta graves problemas de apoyo económico para su remodelación. La basílica de la Piedad, en cambio, sobresale precisamente por su esplendidez y su exacerbada búsqueda de belleza. Durante un par de décadas sufrió problemas similares a los de su vecina, pero a fines del 2000 alcanzó una notable recuperación. La reciente restauración de sus frescos acentuó la saturación de los colores.
Originariamente, la Piedad era un oratorio particular, ubicado en la quinta de un matrimonio portugués que por razones de salud solicitó al Cabildo permiso para levantar un lugar donde celebrar misas. Con el tiempo se construyó un templo, que fue consagrado en 1769. Su ruinoso estado estado obligó a reedificarlo. La obra corresponde a un proyecto de Buschiazzo, realizado por los arquitectos Canale y fue inaugurada en 1895.
A fines del siglo XIX, la Piedad compartía con la merced el privilegio de contarse entre las iglesias preferidas por la elite, que gustaba de celebrar allí grandes eventos sociales. Tal es así, que los vecinos acostumbraban a asomarse a los balcones durante las noches de verano para disfrutar el espectáculo.
Frente a la iglesia se encuentra el llamado pasaje La Piedad. En realidad no es un pasaje, sino una calle en "U", con entrada por el 1573 y salida por el 1525 de Bartolomé Mitre. Por eso no figura dentro del trazado público. Su construcción fue encargada por Arturo Gramajo, siguiendo los deseos de su esposa, María Adela Saraza de Atucha, quien quiso urbanizar unas tierras que su padre había adquirido por fracciones. Gramajo era vecino del barrio y presidente de la comisión administradora de los fondos para terminar el templo de la Piedad; entre 1915 y 1916 fue intendente de la ciudad, durante el gobierno de Victorino de la Plaza. Por su elegancia, tono y atmósfera, el Pasaje La Piedad guarda cierta semejanza con algunas callejuelas de Venecia, París o Roma. Gramajo llegó a ocupar uno de los inmuebles y en una de las desembocaduras tenían su residencia los Uriburu, donde fue a almorzar la infanta de Borbón durante los festejos del Centenario.
El proceso de su construcción fue largo: comenzó en 1888 por las unidades ubicadas en el fondo, hasta terminar con las del frente en 1900. De ahí la diversidad estilística de sus fachadas, que responde a las modas imperantes y al eclecticismo de su autor. No está claro quién fue éste, porque no se han hallado los planos originales. Sus 114 viviendas presentan dos tipos. Sobre las calles Bartolomé Mitre, Montevideo y Paraná y en ambos accesos, el frente está alineado a la fachada, que se abre en locales comerciales en la planta baja. En el corazón de la manzana, la fachada está retirada en loggia, con antejardín, balcones y rejas. El acceso vehicular siempre fue restringido, por lo reducido de sus dimensiones. hace unos años se colocaron rejas en sus dos entradas, que la convirtieron en una calle peatonal privada.
(Watson, Rentero y Di Meglio)

Pasaje Rivarola


El pasaje Rodolfo Rivarola fue inaugurado en 1924. Atraviesa por la mitad la manzana delimitada por las calles Talcahuano, Uruguay, Perón y Mitre.
Al parecer, sus autores, la firma Petersen, Thiele y Cruz, tenían en mente un pasaje que existe en París. Comparte con su modelo francés la particularidad de que los frentes de ambas veredas son exactamente iguales, como si estuvieran reflejando un espejo: cúpulas, balcones, puertas, ventanas y los locales comerciales tienen su correspondiente réplica del otro lado de la calle.
A pesar de los 80 años transcurridos desde su apertura, se mantiene intacto y muy bien conservado. Hasta 1957 se lo conoció como el pasaje La Rural, porque el terreno necesario para su apertura fue donado por la Sociedad de Seguros La Rural. El único rastro de existencia de esa compañía es un bar que ofrece a los oficinistas de la zona exquisitos sándwiches americanos: doblando a la izquierda sobre Mitre, mantiene todavía el nombre de La Rural. A fines de los años 50 el pasaje cambió su nombre por el actual, en homenaje a un jurisconsulto de la era conservadora. El Rivarola es el único pasaje que cuenta con un enorme reloj callejero colocado en el frente de un local, ese particular santuario llamado "La Chacarita de los Relojes".
(Watson, Rentero y Di Meglio)

La realidad que vivimos

El tiempo del desprecio

Santiago Kovadloff

lanacion.com | Opinión | Viernes 23 de octubre de 2009

La historia vuelve a repetirse.....

e un texto de otro tiempo a un tiempo universalLa voz de la historia
Sergio Sinay

Nuestra historia dentro de Recoleta

La historia escondida en las tumbas de Recoleta

Los fines de semana cientos de turistas visitan la necrópolis para ver donde descansan los restos de diversas figuras de la historia argentina

lanacion.com | Información general | S?do 16 de enero de 2010

15 enero, 2010

Un recuerdo a Eladia


Honrar la vida...eso era, eso es Eladia Blázquez: una constante y activa insistencia en honrar la vida. Hay en ella una absoluta identificación entre su obra y su vida. No había una dicotomía entre la mujer y su obra.
´Había nacido "en un barrio donde el lujo era un albur", allá en Avellaneda. Por eso siempre tenía "el corazón mirando al sur". Como el gordo Troilo, de quien era muy amiga y se tenían una admiración mutua, nunca dejó su barrio. Lo sentía y allí tenía calados sus afectos primeros a los que convocaba para pensar, para estar con familiares, para recordar sus raíces.
Su madre era de Granada y su padre de Salamanca, dos ciudades mágicas de España.
Eladia era una excelente intérprete. Sus grabaciones lo atestiguan. Pero prefería componer. "Si el oficio de cantar es hermoso porque permite la comunicación directa y rápida, decía, mucho más lo es el de la creación. Esa condición sin tiempo, esa fuga de la realidad, ese transmutarse en miles y miles de seres que piensan y sienten como nosotros y que esperan encontrar en nuestro lenguaje el idioma de su sensibilidad". Y vaya si dominó esa sensibilidad creativa.
Fue autodidacta, si bien fue una mujer finamente culta. Ella misma decía que había sido muy mala alumna y que terminó el ciclo primario a los ponchazos.
"Después, comentaba, traté de cultivar la lectura, las amistades y mis propias experiencias para suplir en parte esa falta de información. por lo tanto, agregaba con sorna, si no escribo mejor no es porque no sé, es porque no puedo".
Era alegre, vivaz, sarcástica, con un finísimo sentido del humor y de la ironía. Pero también era retraída. Quiso siempre estar distante del halago, quizás por tener que sobrellevar una gran timidez, la timidez del talento que sabe que todo es perfectible. Quienes no la conocían bien, podían pensar que era callada o distante. Nada de eso. En reuniones pequeñas (las que prefería), era una castañuela: graciosa, alegre, ocurrente, simpática, mordaz, burlona. Surgían allí, como una avalancha incontenible, todos sus ancestros andaluces.
No quería, no le gustaba hablar de sí misma. Cuando se le preguntaba por alguno de sus tantos éxitos, los describía como si hubieses sido escritos por otra persona. Como el gordo Troilo, le huía al "yo". Sentía un gran rechazo por lo ególatras y los soberbios.
El amor que siempre sintió por España, la llevó primero a cantar y bailar canciones españolas. Cuando apeas había cumplido años, debutó en público y comenzó a ser conocida entrelos amantes de la música española. Después, ya más grande, se sintió atraída por lo melódico y comenzó a cantar y a componer boleros y canciones románticas. Y su dinamismo creativo la condujo luego a componer también temas criollos. Y aquí otra vez, brilló con luz propia. Vayan como ejemplos "Río, río" y "Ya me voy, ya me estoy yendo", cueca que grabó el Grupo Vocal Argentino que dirigía el Chango Farías Gómez.
Y después vino el tango. Su preocupación cotidiana, sus inquietudes, sus asombros, estaban en Buenos Aires. Y eso la trajo, naturalmente, al tango.
"Aunque me des la espalda de cemento,
me mires transcurrir indiferente;
¡te quiero!... Buenos Aires y a tu gente,
y entre tu gente, sin querer, te encuentro,
me encuentro.
Porque soy como vos,
que se niega o se da...
te proclamo Buenos Aires, mi ciudad... !!!
Antonio Rodriguez Villar