Contame algo lindo....

Contame algo lindo....
Para conocer relatos de barrio, de música, de nuestra historia y de quienes la forjaron....

16 mayo, 2009

Basílica de Ntra.Sra.de los Buenos Aires



La Aurora - Emile Peynot

Esta escultura tiene el extraño récord de ser una de las más restauradas de la ciudad y además es el monumento que más veces cambió de ubicación. Fue inaugurado en en 1918 en la plaza Rodriguez Peña, en la esquina de Callao y Paraguay. Diez años después la desplazaron para instalar allí el monumento a Bernardo de Irigoyen. También la retiraron de su nuevo emplazamiento en el parque Rivadavia para colocar en su lugar a la estatua de Simón Bolívar. Así que fue a dar al parque Chacabuco, hasta que se iniciaron las obras de construcción de la Autopista 25 de mayo y La Aurora volvió a ser trasladada, por ahora, al parque Centenario. (Diego Zigiotto).


Madame Curie

Un busto la recordaba en el parque Centenario, hasta que lo robaron en el año 2002. Sólo queda el pedestal de la obra de Eduardo Parodi, donado por el Instituto Cultural Polaco, a la espera de una copia de la escultura. Debajo, se hallan enterrados en una urna varios tubos de radio que pertenecieron a la científica y tierra de Polonia, su suelo natal. En 2067, cuando se cumpla el segundo centenario del nacimiento de la gran científica, se procederá a abrir la urna. (Diego Zigiotto).

09 mayo, 2009

La Rayuela (Julio de Caro)

Por la emoción que sentiste con este gol.......

Homenaje a Raúl Alfonsín

Mensaje de Raúl Alfonsín

La sombra (3)


En 1919 también se levantaron contra la explotación laboral los hacheros de Chaco y Santa Fé, de quienes se aprovechaban empresas de capitales británicos. A comienzos de 1921, en Santa Cruz, durante una huelga de peones rurales promovida por dirigentes anarquistas, se ocuparon estancias y se tomaron rehenes. Yrigoyen mandó al Sur al teniente coronel Héctor Varela, el que suponiendo una conspiración chilena en apoyo de los obreros, fusiló a la mayoría de los huelguistas. A pesar de los episodios de la Patagonia y de la Semana Trágica, la actitud de Yrigoyen respecto de la clase obrera contrastó con la del régimen: se logró legislar un salario mínimo y una jornada máxima de 8 horas de trabajo y se cuadruplicaron las indemnizaciones. Durante la huelga ferroviaria de 1917, la Casa de Gobierno abrió por primera vez sus puertas a las delegaciones obreras y los huelguistas no fueron considerados criminales a perseguir.
En "El radicalismo argentino 1890-1930", David Rock señala el crecimiento desmedido del empleo público como la principal estrategia de Yrigoyen para consolidar su base electoral entre las clases medias urbanas. La élite crecía gracias a la inflación en los precios de los productos primarios, provocada por el desarrollo de la Gran Guerra, y el gobierno debía crear una táctica que le permitiera seguir contando con el apoyo de los burócratas y profesionales, disputados por el Partido Socialista. Con base en el empleo público, Yrigoyen reconstruyó el clientelismo político del régimen: como era imposible dar un empleo a cada simpatizante, se repartieron los cargos entre los titulares del los Comités del Partido, a modo de patronazgo. Su programa de "Reorganización Moral" nunca se inició, ya que, incluso, la mayoría de los funcionarios nombrados por las administraciones anteriores fueron mantenidos en sus puestos. ("Argentinos" - Jorge Lanata).

Buenos Aires Antiguo

Arquitectura de Buenos Aires

La sombra (2)

La Reforma Universitaria de 1918, que no nació como una iniciativa del gobierno pero fue aceptada por él, le permitió a Yrigoyen contar con un importante apoyo de la clase media, al flexibilizar las condiciones de ingreso, actualizar los planes de enseñanza, nacionalizar la Universidad de Tucumán y crear la del Litoral. El 15 de junio de 1918 los estudiantes cordobeses, en protesta por estar recibiendo una enseñanza rígida, conservadora y clerical y por el cierre del Hospital de Clínicas, la gota que rebalsó el vaso, lanzaron un Manifiesto Liminar a los Hombre Libres de Sudamérica que rápidamente contó con la adhesión de las Universidades de La Plata y Buenos Aires: pedían el cogobierno estudiantil, extensión universitaria, asistencia libre y democratización del sistema docente.
El salario descendió más de un 38% y sólo en 1919 la cantidad e huelguistas triplicó a los de 1917. Las huelgas se extendían por meses (ferrocarriles, marítimos, municipales) mientras la prensa y las empresas acusaban al gobierno de favorecer a los huelguistas y dominaban la situación contratando trabajadores "rompehuelgas". A comienzos de 1919 la huelga en los Talleres Metalúrgicos Vasena, ubicados en la calle Urquiza y Cochabamba de Capital, desató una violenta represión policial como consecuencia de la muerte de un suboficial. El 9 de enero el cortejo fúnebre de los obreros caídos fue reprimido por la policía con un saldo de 40 muertos. Los enfrentamientos se trasladaron desde el Cementerio de Chacarita a distintas partes de la ciudad: participaban jóvenes armados de la clase alta y oficiales del Ejército y la Marina que provocaban a los grupos obreros. Cuando a última hora del día 9 de enero, la Federación Obrera Regional Argentina (FORA) y la Confederación Obrera Regional Argentina (CORA) convocaron a una huelga general, los muertos sumaban más de 100. Según fuentes sindicales, luego de algunos días de estado de sitio los muertos llegaron a 700 y los heridos a 4000.
La secuela de aquellos acontecimientos no fue solamente el odio, o un íntimo y creciente deseo de venganza: nació entonces la Asociación Nacional del Trabajo como entidad patronal, para financiar a los rompehuelgas y, desde la clandestinidad, a la Liga Patriótica Argentina. ("Argentinos" - Jorge Lanata).

La sombra

Yrigoyen fue el primer presidente elegido por la Ley Sáenz Peña, de voto universal, secreto y obligatorio. El hombre al que sus propios amigos llamaban "La Esfinge", recién conoció a Victorino de la Plaza, el presidente saliente, en el acto de traspaso. Llegó a la Casa de Gobierno en un carruaje tirado a pulso por el público, que desenganchó los caballos y lo llevó en medio de ovaciones. "El Hombre", como lo habían bautizado, acababa de atravesar su desierto de 10 años de silencio y sombra: muy pocas fotografías mostraban su rostro, no hablaba por teléfono con nadie ni tenía teléfono en su casa y sólo se comunicaba con los demás por medio de mensajes orales que llevaban y traían sus acólitos. Durante años sus íntimos ignoraron que tenía una hija que vivía
con él y jamás supieron nada sobre sus otros hijos naturales. Se había formado como un revolucionario profesional: espiaba a los amigos que vacilaban, a los que tenían poca fe, a los tibios, hacía espiar a unos con otros y todos sabían perfectamente que "desde tiempos de Alem no hay reunión de radicales sin la presencia de algún desconocido que nadie sabe como entró y que es un espía de Yrigoyen".
La Unión Cívica Radical ganó con 340.802 votos, el 45,6% del total obtenido. Durante su primera administración (1916-1922) Yrigoyen enfrentó un auge creciente del desempleo, marcado por el final de la primera guerra mundial y un sensible deterioro de las importaciones y exportaciones. También mantuvo la neutralidad en el conflicto mundial. Entre 1918 y 1930, la creación de cargos públicos resultó un paliativo para los argentinos de clase media que se integraban al mercado de trabajo. Pero había que financiar los sueldos, de modo que para reducir el déficit se aumentaron los aranceles de importación, medida que terminó perjudicando a los sectores que pretendía beneficiar. La grieta abierta entre la economía privada y la pública obligó a Yrigoyen a intervenir en los mercados para equilibrar los costos sociales: con las leyes 11.156 y 11.157 se puso un tope en los alquileres y los arriendos de tierras productivas. En 1920, luego de un extenso trámite en el Congreso, el Presidente le expropió a los grupos acaparadores más de 200.000 toneladas de azúcar que repartió a precios razonables entre la población. Sus intentos de participar, desde el Estado, en el mercado financiero, quedaron truncos: no pudo obtener la creación del Banco de la República, ni de un Banco Agrícola que impulsara la colonización rural. ("Argentinos" - Jorge Lanata).

Rayos en un día sin nubes

Aunque tenía poco más de 20 años y ya había sido nombrado Comisario de Balvanera gracias a los contactos de su tío Leandro Alem, Hipólito Yrigoyen no era lo que en la época podría llamarse "un compadrito". Manuel Gálvez, en "Vida de Hipólito Yrigoyen, el hombre del misterio", lo define más bien como "un compadre, un gaucho venido a menos, con una fachada vistosa que quiere aparentar, sobre todo, el coraje". Hipólito tenía aspiraciones. Su etapa prehistórico-política quedó marcada por dos hechos: su pedido de afiliación a la francmasonería, como buen discípulo de don Leandro y una relación clandestina con Antonia Pavón, hija de un suboficial de la policía y acompañante de Luisa Alem, con quien tuvo una hija natural.. "Dos partidos existen en 1873 -sintetiza Gálvez- el Autonomista y el Nacionalista, Adolfo Alsina acaudilla al primero y el Gral. Mitre al segundo. Alsina es vicepresidente de la república y debate con Mitre la sucesión del presidente Sarmiento. Casi todos los antiguos "rosistas" acompañan a Alsina. El diario de los Mitre, La Nación, llama "mazorqueros" a los alsinistas. Alem e Yrigoyen también lo son. El mitrismo liberal, europeizante, es la continuación del Partido Unitario". Aclara el propio Gálvez: "Por preconizar la pureza del sufragio aunque no la practique, por gustar de los métodos violentos y expeditivos, por invocar declamatoriamente a las libertades, por tener algo de demagógico, por agrupar a la clase media y a la plebe, debe ser considerado como el precursor de la Unión Cívica Radical".
A finales de 1873 Alsina renunció a su candidatura en favor de Nicolás Avellaneda. Había asaltos y clima de combate cotidiano y así se llegó a las elecciones de diputados nacionales en febrero de 1874. Leandro Alem presidía el club electoral alsinista: había cumplido su mandato como diputado provincial y competía ahora como nacional. Lo acompañanaban en la lista Carlos Pellegrini, quien sería más adelante Presidente de la Nación y Bernardo de Irigoyen, sin parentesco con Hipólito.
El relato de Gálvez da una idea exacta del clima electoral de la época: "Se realizan las elecciones
en plena epidemia de cólera. Escándalo en Balvanera. Algunos alsinistas atropellan el atrio, mientras otros suben con fusiles y carabinas y rifles a una azotea. Se levantan los fiscales, que son mitristas. Otros mitristas, desde una azotea frente a la iglesia, vocifera que se les hace trampa. Lucha de gritos injuriosos y de mutuas acusaciones de fraude. Luego, pedradas y por fin, tiros. El combate, que dura media hora, termina con la llegada de una batallón. Muertos y heridos, casi toda gente de Alsina. La policía se lleva presos a 66 mitristas. Los alsinistas, dueños del campo (cuentan con la policía, con las tropas del ejército y con el comisario especial nombrado por el gobierno de la provincia), se apoderan de las mesas y continúan la elección con nuevos registros (...) La gente de Mitre grita contra lo que creen obra del fraude. Recuerdan que Alem en Balvanera, después de adelantar el reloj de la Iglesia, pretendió imponerse a los conjueces y que su hermano, su sobrino Roque y un oficial de policía dieron la voz de fuego (...). Luego del recuento oficial, "la suerte" favorece a 162 alsinistas, entre ellos a Lucio Alem, Roque Yrigoyen y a varios íntimos de Leandro. A los mitristas no les toca ni un solo empadronador. Elecciones presidenciales. Los mitristas son vencidos. El 24 de septiembre, Mitre y sus amigos se levantan en armas. No se combate en la ciudad. Con la batalla de Santa Rosa se termina el levantamiento. Los sublevados se rinden. Los Alem y los Yrigoyen han estado de parte de las autoridades. El poder de Leandro ha aumentado y el gobierno de la provincia nombra comisario a su hermano Lucio". ("Argentinos" - Jorge Lanata).