Uno de los pasos más extraños en la coreografía del tango (casi desconocidos en las milongas, pero empleado con cierta frecuencia en el teatro y en el cine), es aquel donde la pareja baila con sus frente pegadas y sin abrazarse. Con él se lucía el actor Tito Lusiardo, aunque aclaraba que había sido inventado por Olinda Bozán (1894-1977).
Fue en la época en que Bozán trabajaba para la compañía de los hermanos Ratti en el teatro Apolo, de Corrientes al 1300.
En una escena se armaba el baile y debía participar la Bozán. En medio del tango, el alfiler saltó y fue a parar sólo Dios sabe dónde. Olinda tuvo un acto reflejo: se llevó las manos a la espalda para sostener el vestido y evitar que cayera del todo. Al mismo tiempo, para no romper el baile, siguió danzando con la cabeza apoyada en la de su compañero.
El público, ignorando que había sido un accidente, creyó que ese paso formaba parte de la obra y aplaudió más que nunca a la gran actriz, pidiendo que lo repita. (http://www.alternativateatral.com/)
No hay comentarios:
Publicar un comentario