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26 diciembre, 2010

Barolo, Palanti y el Dante

En la década de 1912, el industrial Luis Barolo y el arquitecto Mario Palanti soñaron con traer a Buenos Aires las cenizas del poeta Dante Alighieri. Palanti había convencido a Barolo sobre la inminencia de una nueva guerra europea y de la consiguiente necesidad de resguardar las cenizas de Alighieri, el autor de la Divina Comedia, que reposan en la ciudad italiana de Ravena.
Para eso construyeron un santuario en la avenida de Mayo 1370. Puede sonar extraño para un edificio de oficinas, pero esa es la historia del Palacio Barolo, uno de los primeros rascacielos porteños. Esa torre de 22 pisos fue inaugurada el 7 de julio de 1923, cuando la bendijo el nuncio Giovanni Beda Cardinale, el embajador de Italia y el canciller Ángel Gallardo.
En 1921 se iban a cumplir 7 sigos de la muerte del Dante y es por eso que el edificio está lleno de referencias al poeta y a su obra.
El edificio se divide, como la Comedia, en Infierno, Purgatorio y Cielo.
La planta baja simboliza el Infierno, los primeros 14 pisos el Purgatorio, los pisos superiores el Paraíso.
Nueve son los círculos infernales y 9 es el número de las bóvedas de acceso al edificio. En cada una de ellas puede leerse frases en latín tomadas de 9 diferentes obras. El edificio combina elementos del gótico veneciano y la arquitetura religiosa de la India. La cúpula se inspira en el templo hindú  de Budanishar, dedicado a la religión Tantra.
Los cantos de La Divina Comedia son cien, como los metros de altura del edificio.
Los cantos del poema contienen 11 o 22 estrofas; los pisos del edificio se dividen en 11 módulos por frente y 22 módulos de oficinas por bloque, y el edificio se eleva 22 pisos.
Antes de volver a Italia para ponerse al servicio de benito Mussolini, Palanti construyó en Montevideo un edificio gemelo, el palacio Salvo.
El 14 de septiembre de 1923, el faro que remata los cien metros de altura del palacio Barolo encendió una luz roja. Eso significaba para decepción de los expectantes porteños, la derrota del boxeador Luis Ángel Firpo en su mítico enfrentamiento en Nueva York contra Jack Dempsey por el título de los pesos pesados.
Las bujías del faro representan los 9 coros angelicales y la rosa mística. Sobre el faro está la constelación de Cruz del Sur, que se alinea con el eje del palacio los primeros días de junio a las 19:45.
Si Barolo y Palanti lograban su propósito, las cenizas del poeta iban a reposar bajo la bóveda central, sobre un punto de bronce en la planta baja.
No pudo ser... las cenizas del Dante nunca salieron de Ravena.
(Diego Zigiotto)

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